La vivienda es salud: por qué una buena vivienda es clave para estar bien

por | 04/07/2025 | Sin categorizar

Cuando pensamos en la salud, la relacionamos a menudo con hábitos como la alimentación, el ejercicio o las revisiones médicas. Pero existe un factor fundamental que a menudo pasa desapercibido: la vivienda. El lugar en el que vivimos, en qué condiciones y con qué estabilidad son determinantes clave para nuestro bienestar físico, emocional y social. En Llach Serra lo tenemos claro: tener una vivienda digna y adecuada no es únicamente una cuestión de espacio, sino también de salud.

Las condiciones físicas: vivir en un espacio saludable

Una vivienda en mal estado puede tener graves consecuencias para la salud. Humedades, escapes, falta de ventilación, mala iluminación natural o aislamiento deficiente pueden derivar en problemas respiratorios, alergias, trastornos del sueño o incluso patologías más graves.

Un estudio de la Organización Mundial de la Salud apunta a que las condiciones de la vivienda están directamente relacionadas con el riesgo de sufrir enfermedades respiratorias, cardiovasculares y mentales. Además, los hogares mal climatizados —demasiado fríos en invierno o demasiado cálidos en verano— afectan especialmente a personas vulnerables como los niños, las personas mayores o aquellas con enfermedades crónicas.

La seguridad y la estabilidad residencial: vivir sin miedo

Otro aspecto clave es la seguridad en la tenencia. Vivir con la incertidumbre de perder la vivienda, no saber si podrá renovarse el contrato de alquiler o estar sometido a subidas desmesuradas de precio puede generar un estrés continuado que tiene efectos evidentes sobre la salud mental.

La ansiedad, depresión o insomnio son problemas habituales entre personas que viven en una situación residencial inestable. El derecho a una vivienda digna y segura es también el derecho a una vida con menos estrés, menos miedos y mayor calidad de vida.

Más allá de las cuatro paredes: el acceso a los servicios y el entorno

La vivienda no es sólo el piso o la casa en la que vivimos, sino también el entorno que la rodea. Tener acceso a servicios básicos como agua potable, electricidad, conexión a internet o transporte público es fundamental para desarrollar una vida autónoma y saludable.

Además, el barrio en el que vivimos influye directamente en nuestra salud. La presencia (o ausencia) de espacios verdes, la calidad del aire, el ruido ambiental, la seguridad de las calles o la proximidad de servicios sanitarios y escolares son elementos clave para el bienestar. Vivir en un entorno degradado o inseguro puede aumentar el riesgo de sufrir problemas de salud física y emocional.

La vivienda como política de salud pública

Esta realidad nos obliga a entender la vivienda como una política de salud pública. No es suficiente con garantizar la atención sanitaria si no se garantizan también las condiciones básicas para vivir dignamente. El acceso a una vivienda digna es una herramienta preventiva muy potente que puede reducir el gasto sanitario, mejorar la calidad de vida y favorecer la cohesión social.

Por ello, cada vez más instituciones, colegios profesionales y entidades del sector inmobiliario reclaman una visión integral de la vivienda, donde se incluya el impacto que tiene en la salud de las personas.

En Llach Serra, gestionamos patrimonio pensando en las personas

Desde Llach Serra, somos conscientes de que administrar vivienda es una cuestión de bienestar. Por eso, cuando asesoramos a clientes, gestionamos alquileres o acompañamos procesos de compra y venta, lo hacemos teniendo presente la importancia que tiene cada decisión en la vida de las personas.

Queremos contribuir a una gestión del patrimonio más responsable, humana y orientada al futuro. Porque tener una vivienda digna es, también, tener salud.